Baldomero Fernández Moreno escribió hace muchos años el famosísimo poema "Setenta balcones y ninguna flor". Y lo he usado de inspiración para esta instalación efímera de relojes intrascendentes en pose intrascendente y posteo intrascendente.
Acompaña a la instalación un breve poema compuesto luego de escuchar a gorilarios, neoliberales destemplados y fascistas autóctonos hablando de la inutilidad de la ciencia, la tecnología, la educación, la infraestructura y la salud en el capital social de un país.
Escuchen, y aprendan, alcornoques: